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Niños + gérmenes: es inevitable. A los bebés les encanta meterse cualquier cosa en la boca, cuanto más sucia mejor. Pero cuando se trata de biberones (y chupetes, y piezas de sacaleches, e incluso algunos juguetes y mordedores), asegurarse de que están lo más libres de gérmenes posible puede ofrecer cierta tranquilidad. Y ahí es donde entra en juego un esterilizador.
¿Necesita un esterilizador de biberones?
Lavar los biberones a mano con agua caliente y jabón o pasarlos por el lavavajillas es más que suficiente para mantener limpios los biberones y otros utensilios del bebé. La esterilización es un paso adicional que suele recomendarse a los padres de bebés inmunodeprimidos o prematuros, pero también es algo que algunos padres deciden hacer con regularidad o de vez en cuando para mantener limpios los artículos de uso frecuente.
Si decides esterilizar los biberones de tu bebé, hay varias formas de hacerlo: hirviéndolos en agua caliente durante cinco minutos, utilizando una bolsa esterilizadora de vapor para microondas o utilizando un esterilizador.
La mayoría de los esterilizadores son de dos tipos: de microondas o eléctricos. Ambos utilizan el vapor para matar el 99,9% de las bacterias nocivas en pocos minutos, así que es sólo una cuestión de preferencia personal cuál elegir.
Los esterilizadores de luz UV también están empezando a ser una opción de esterilización muy popular. Estos tipos de esterilizadores utilizan la luz UV para eliminar los gérmenes rompiendo su ADN a nivel molecular.